Consta de un tubo de menos de 1 cm de diámetro y de aproximadamente 1,35 m de longitud, enrollado sobre sí mismo. El sonido se produce gracias a la vibración de los labios del intérprete en la parte denominada boquilla. La boquilla es similar a la de la trompeta pero con un tudel más corto y el granillo (grosor interno de la boquilla) más ancho, hecho que le proporciona un sonido más dulce y oscuro que la trompeta (a menor profundidad del granillo se producen sonidos más brillantes o agudos, a mayor profundidad sonidos más dulces). El cuerpo del fliscorno tiene forma cónica y termina en una campana de unos 20 cm de diámetro.
El fliscorno tiene incorporado un sistema de válvulas (pistones o cilindros) que le permite cambiar la serie de armónicos que se desea hacer sonar. Por lo general, cuenta con tres válvulas y emplea el mismo sistema de digitación que otros instrumentos de viento metal. Así, se pueden realizar unas determinadas notas sin presionar ninguna válvula y conseguir las restantes con las series de armónicos que aparecen con la combinación de sus tres válvulas. Las posiciones de las notas del fliscorno coinciden con las de las trompeta, aunque su sonido sea más dulce y aterciopelado.
En el pasado, se fabricaron fliscornos con un número de materiales improbables, incluyendo la madera, la arcilla y la cerámica. También han sido fabricados completamente de latón, bronce, plata y níquel. El fliscorno moderno es fabricado comúnmente de latón y a veces es galvanizado con plata, níquel, oro o cobre.[2]
La afinación se suele ver afectada por la temperatura ambiental, por tanto es necesario calentar el instrumento antes de tocar soplando a través de él. Para afinar correctamente el fliscorno es necesario ajustar el tudel hasta conseguir la afinación deseada.
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