Básicamente, existen dos tipos de formas de copa para una boquilla: en forma de C y en forma de V.
La boquilla en forma de C produce un sonido más oscuro y opone una mayor resistencia, aunque mejora los armónicos generales del instrumento.
La forma en V facilita la proyección y da un sonido claro. Tiene las propiedades de los instrumentos cónicos (como la trompa), en los que la columna de aire viaja con facilidad a lo largo del tubo, mejorando y compensando la emisión. El inconveniente de este tipo de boquillas es que se pierde en parte la riqueza de armónicos y la profundidad.
Para obtener una boquilla ideal se suelen mezclar ambas formas, colocando una parte superior en forma de C y otra inferior en forma de V conectando con la salida del granillo. Esto permite tener profundidad gracias a la parte superior de la copa y a la vez mejorar la claridad y resistencia con la parte inferior.
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